El Pensador de Los Remedios

El Parque de los Príncipes. Quizás el mayor patrimonio del barrio, puesto que a diferencia de otros activos que solo duran una semana, este está todo el año haciendo de pulmón de Los Remedios. He querido acordarme de él y aprovechar un paseo bajo sus árboles para mostrar un contraste entre dos elementos tratados de distinta forma por los responsables del cuidado del parque. Véanlo y ahora les digo que me parece.

Pues bien. Tenemos dos elementos, el lago o ría y el "centro deportivo". Lo pongo entre comillas porque no me queda otra opción viendo el estado y la variedad de deportes que en él se pueden practicar.

Empecemos por el lago. El lago ha vuelto. Tras un largo periodo de olvido, lo han vuelto a revitalizar. Han arreglado las barandas, el puente y la flora de su entorno haciendo de él un lugar agradable donde sentarse y contemplar la fauna existente (varios patos y un galápago, he podido observar). Me alegra poder alabar este lugar, puesto que no lo recuerdo así de cuidado en muchos años anteriores.

Pasemos a lo malo. Es decir, a comentar el ÚNICO "centro deportivo" que tiene Los Remedios. Un polvoriento campo de fútbol-sala o balonmano dejado de la mano de Dios (o de la naturaleza). Hablamos de un lugar que no debió construirse, puesto que ya que nos daban un lugar para hacer deporte dentro del barrio, deberíamos haber exigido un poco más. Por ejemplo, una cancha de baloncesto o un humilde terreno adecuado para la petanca. Sitio hay. Promesas también, ya que Zoido lo prometió en novena posición dentro de su programa electoral. Confiemos en él aunque de momento no haya razones para ello. Si lo han votado será por algo y seguro que él no obvia al distrito donde más porcentaje de votos ha sacado de la ciudad. ¿O si? El tiempo será juez de este asunto y todos podremos ver si esta promesa se hace realidad o cae en el saco roto como otras tantas.

Se acabó la Feria. Vuelve Los Remedios. Sevilla nos devuelve la llave de nuestro barrio tras la semana que nos ha convertido en el centro del mundo por unos días. Ahora todo se difumina y volvemos a la realidad. ¿Al olvido? Esperemos que no. Quiero creer que somos para el gobierno municipal algo más que los bloques de pisos junto al recinto ferial. Imagino que también seremos votos contantes y sonantes. Y si nos atenemos a lo que el barrio ha pedido desde las urnas, le quedan menos razones aún para darnos de lado.

Quedan muchas cosas por hacer. La década prodigiosa del PSOE nos dejó atrás y ahora el PP tiene en su mano que recuperemos el tiempo perdido. Y no solo el tiempo, sino que tampoco estaría mal recuperar la Fábrica de Tabacos, el descampado junto al Mercantil, el Parque de Los Príncipes como eje central o el recinto ferial como algo con más utilidad que albergar el magno evento una semana al año. 

Aunque viendo el avance de las obras en El Charco de la Pava, las esperanzas de una Feria allí se desvanecen.   Las promesas se esfuman y la credibilidad de la clase política sevillana baja aún más. Y si pensamos que ya llevamos un año de legislatura popular y poco ha cambiado en nuestro barrio, pues aún más bajo está el crédito.

Entiendo que el mensaje puede parecer muy desesperanzador, pero es la realidad y por ello debemos cambiarla. Ante nuestros ojos vemos como todos los distritos de Sevilla, por ejemplo, tienen un centro deportivo. Observamos como todas las márgenes del río de la ciudad están mejorando ostensiblemente mientras que nosotros tenemos que conformarnos con hierbajos, basura y ratas.

Esto es solo un llamamiento para que empecemos a concienciarnos del potencial y de las posibilidades que tiene nuestro barrio. No tener que desplazarse a otro barrio para ver una película o para jugar un partido de baloncesto con amigos, por ejemplo. Conseguirlo está en nuestras manos... y en las de los que hemos elegido.