Comer en el barrio: Bocatas Manolo

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- Ubicación: c/ Padre Damián - c/ Madre Rafols

- Precio aproximado: 3€ (bocadillo y bebida)

- Lo mejor: "Perito" en chapata

- Lo peor: No vayas en coche

Uno de los mayores patrimonios del barrio es este templo del bocadillo. Lugar a la altura del templo rockero de Don Curro o del templo cofrade de Las Cigarreras, otros dos lugares claves de Los Remedios. Bocadillos Manolo es la unión simple y perfecta de dos conceptos llevados a su máxima expresión.

Por una parte está el bocadillo. Ese invento imprescindible que une el pan y los alimentos. Un combinado sencillo y cotidiano que alcanza su esplendor en esa coqueta esquina que alberga la mejor bocadillería que conozco de Sevilla. ¿Y por qué es la mejor? El secreto está en la salsa. Un mejunje marrón que Manolo llama mojo picón, pero que supera a la salsa canaria cuando, tras pasar el bocata por el horno, da el toque final al bocadillo. Esa salsa pringosa y deliciosa es servida generosamente. Evidentemente, todos los bocadillos no saben igual, pero esa salsa les da el sello manolo inconfundible e irrepetible. Lo demás, es imitable: las chapatas grandonas, los condimentos en barra, el papel de cocina e incluso la temperatura perfecta a la que está el horno constantemente.

Por otra parte, está Manolo. Decir Manolo es hablar de una gran persona muy grande. Un trabajador nato hecho entre un mostrador y una cámara frigorífica. Él es el mago de los bocadillos. Un artesano del bocata que ha creado escuela en su forma de hacerlos y nombrarlos. Pero como buen mago, tiene una gran ayudante. Esa María José. Ella reparte el pan, da los turnos, mete y saca los bocatas del horno y les echa la salsa. Él, simplemente, los hace. Y es el mejor en lo suyo.

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