Les sitúo. Calle Fernando IV. Arteria principal de este cuerpo llamado barrio de Los Remedios. Comercios, bares, cafeterías, quioscos y muchos portales donde viven personas como tú o como yo. Esta calle está (o estaba en obras). Y por ello, me di un paseo por sus aceras. O lo que queda de ellas.
Empiezo en su comienzo. La esquina con la Avenida del Presidente Adolfo Suárez. Aquí la calle está a medio hacer y los coches tienen que sortear las vallas y subirse al acerado para entrar en sus garajes privados. Dos obreros, que salen de trabajar en la obra, me comentan que le quedan 2 semanas para terminar. Me dicen que las obras van a buen ritmo y se marchan con sus neveras azules. Si los augurios de estos dos trabajadores se cumplieran, la obra terminaría con cuatro meses de antelación, ya que llevan poco más de 5 meses y estaba previsto que se hiciera en 10. Esto me alegra y me anima a empezar el paseo.
Tras pocos pasos me encuentro en el cruce de Fernando IV con la calle Virgen de Montserrat. Allí unos ancianos discuten con algunos obreros sobre la distancia entre las vallas que permiten (o no) el paso de los coches. Como vemos en la imagen, el paso se estrecha impidiendo el cruce de vehículos hacia la otra parte de Virgen de Montserrat.
Sigo mi camino. Me encuentro con un transportista que a duras penas reparte su mercancía entre montañas de arena y vallas de todo tipo. Llego a la calle Juan Sebastián Elcano. Muchos comercios y una calle cortada. Aquí la obra está avanzada aunque no lo parezca. Esta esquina almacena una exposición de excavadoras y materiales de construcción en plena calle. Es complicado mantener el equilibrio por los baches que provocan los desniveles entre el acerado anterior y el nuevo o por las piedras de asfalto desperdigadas por la zona.
Dejo atrás las conversaciones entre vecinos sobre el estado de la calle y llego a la altura de Monte Carmelo. Una calle sin cortar. Donde las obras quedan a los lados y el optimismo empieza a verse entre los comerciantes. Un carnicero observa detenidamente el asfalto y reza porque el bloqueo a su tienda acabe pronto. Ya las losas esperan para ser colocadas. Un trozo de calle a punto de estrenar. El último antes de llegar al flamante resultado más allá del cruce de Fernando IV con la calle Asunción, columna vertebral del barrio.
Por fin llego a la calle Asunción. Punto intermedio de Fernando IV, que curiosamente separa la mitad en obras de la mitad terminada. Aquí todo ha vuelto a la normalidad reinante antes de la obra. Las cafeterías sirven en la calle de nuevo y el tránsito vuelve a ser el habitual. En las siguientes fotos podemos observar el contraste actual de la calle. El antes y el después de la parte terminada o el ahora y el futuro de la parte en obras.
Parece que el paseo se termina. Más allá de Asunción hay lo que siempre ha habido, lo cual no tiene mucha relevancia. Pero quise caminar un poco y llegar hasta el próximo cruce para observar como había quedado la carretera, y por tanto, como quedará probablemente los cruces antes mencionados y mostrados. Llegué hasta la esquina con Juan Ramón Jiménez. Un lugar clave donde se encuentra un famoso quiosco de Los Remedios y donde cuatro pasos de peatones vigilan las esquinas transitadas habitualmente por niños y adolescentes. Y observé detenidamente el resultado del asfaltado. Nuevo, pero con parches. Los pasos de peatones tienen trozos sin pintar. Pregunto a los comerciantes de la zona y me dicen que las obras han conllevado roturas de tuberías, lo cual conllevó cortes de agua en la zona y reasfaltado de algunos trozos. La conclusión de algunos vecinos y comerciantes es que la obra en esa esquina se ha hecho rápido pero mal.
Y aquí quise terminar mi paseo y empezar a pensar. A preguntarme si las obras terminarán en estas dos próximas semanas. Pero también en como terminarán, puesto que en este barrio hace falta mejorar en muchos aspectos, pero espero que no sea a base de parches como en algunos lugares de la obra que está terminando en la calle Fernando IV. Este barrio necesita que la promesa electoral de actuaciones de urbanismo y vía pública empiece a ser cumplida progresivamente. Se están dando pasos, pero aún queda mucho para alcanzar el esplendor que debe tener Los Remedios.
